Hola soy Juan y hoy me gustaría hablarte sobre cómo podemos manejar la frustración cuando surge en nuestra meditación.
En ocasiones, al practicar, nos frustramos al sentirnos distraídos, atascados o, simplemente, impacientes por finalizar. Nuestra mente no encuentra serenidad y nuestras ambiciosas aspiraciones y metas no coinciden con las experiencias meditativas que estamos teniendo. Como consecuencia de todo esto podemos creer que somos unos malos practicantes, sintiendo frustración y poca confianza al meditar.
Sin embargo, la meditación no es tanto hacer meditación, sino, más bien, es acostumbrarse a ella, lo cual significa que tenemos que aprender a relacionarnos con todo aquello que surja en nuestra mente.
No debemos luchar con la frustración, tampoco hundirnos en ella, simplemente aceptar su presencia, facilitándola un amplio espacio mental, mientras que nosotros continuamos llevando, suavemente, nuestra atención a la respiración o al soporte que estemos usando.
En definitiva, necesitamos adquirir, gradualmente, un sentido de aceptación y apertura a todo aquello que surja en la mente, reconociéndolo como el simple movimiento de la mente, el cual no tiene mayor trascendencia o realidad por sí solo. Si eres capaz de reconocerlo como mero movimiento entonces puedes permitir que tu frustración esté ahí, puedes permitir que la experiencia meditativa no sea como te gustaría. Al desdramatizar, descubres cierto humor comprendiendo que dicho movimiento carece de solidez. En esa apertura, tu mente puede comenzar a relajarse de forma natural.
De esta manera, progresivamente, aprendemos a relacionarnos con todo tipo de situaciones mentales, discerniendo que solo son pensamientos y emociones que vienen y van. De esta forma nos liberamos de la necesidad de tener un resultado determinado en nuestra práctica.
Que tengas un Feliz día.